Las empresas, en particular las grandes y medianas, y más aún los grupos económicos deben apuntar a ser legítimos y no limitarse a cumplir las leyes. Es un gran aprendizaje que tuvieron las empresas mineras y que debe servir de ejemplo para todo el mundo empresarial. En las últimas semanas hemos visto diversos casos mediáticos que deben servir de gran campanada para que dueños y gerentes incorporen el objetivo de ser legítimos.
Esta tendencia no es solo en Perú, sino que ya está ingresando a todos los mercados, incluso el mismo Wall Street. En su carta anual, Larry Fink, CEO de Black Rock, invita a todas las empresas en las que invierte a considerar el cambio climático en sus modelos de negocio. Lo hace no solo por responsabilidad social o conciencia ciudadana, sino porque es esencial para la sostenibilidad de sus inversiones financieras.
De manera similar, la legitimidad no es un adorno que las empresas pueden mostrar. La legitimidad es, y en el futuro lo será aún más, parte de un modelo de negocios sostenible y rentable. Las empresas tienen que considerar a todos sus stekaholders en sus procesos de planeamiento y toma de decisiones. Las decisiones no pueden pensar solo en los accionistas, también deben incluir a los trabajadores, los clientes y proveedores, y la sociedad civil y el Estado.
A continuación, comparto algunos casos registrados. El primero de ello sobre los octógonos que sirven como un semáforo nutricional para los consumidores. Si las empresas ya saben que es conveniente para la salud, ir a Indecopi a través de una ONG formada por sus representantes, porque legalmente MINSA no puede normar sobre publicidad, es insistir en lo legal más que en lo legítimo.
Un segundo ejemplo incluye a múltiples proveedores de productos y servicios esenciales para la salud frente al COVID-19 como las farmacias, clínicas y laboratorios, entre otros. Más que lucrar en exceso a través de una subida en precios por el incremento de demanda, deberían enfocarse en ampliar su oferta con un precio razonable que incluya un margen razonable pero que no sea (y no parezca) abusivo. Descremar el mercado es legal pero no contribuye a la legitimidad de las empresas.
Un tercer ejemplo está relacionado a distintos comportamientos de los bancos. Para citar un ejemplo pongamos las tasas de cambio que utilizan. Pueden aplicar un tipo de cambio de 3 soles en algunas transacciones o pagos a través de sus plataformas. Tener un margen de más de 10% (equivalente a dos años de intereses de un préstamo en una transacción de un segundo) en una operación de cambio de moneda es legal. Sin embargo, los pintan de cuerpo entero como poco legítimos.
Un cuarto ejemplo sobre el programa REACTIVA. Las empresas de grandes grupos económicos legalmente pueden acceder a los préstamos blandos de este programa. Sin embargo, podrían considerar que tienen las capacidades para levantar los fondos que requieran directamente en los mercados mientras que otras empresas más pequeñas no. Mostrarían su consciencia y responsabilidad de esa manera.
Son muchos ejemplos en los que se puede identificar comportamientos legales, pero no legítimos. Paulatinamente, todo el sector empresarial debería apuntar a un estándar más alto; no solo por su impacto social, sino por su propia sostenibilidad a futuro.