Marcial Ortiz de Zevallos plantea que, en vez de promocionar el turismo interno, turismo que está correlacionado con la economía local y no responde a campañas de publicidad, más bien se promocione rápidamente el turismo receptivo, antes de que los viajeros decidan irse a otros destinos.
En las últimas semanas he escuchado a funcionarios públicos, representantes de gremios del sector turismo, amigos y periodistas festejar la decisión, por parte del gobierno, de enfocar los esfuerzos de promoción turística al mercado interno, es decir, al turismo doméstico. Este enfoque creo que es un error, así como una mala lectura de lo que se puede y no se puede hacer para incrementar los flujos turísticos de manera importante. Ahora me preguntarán, ¿por qué?
Creo que es una mala lectura porque el turismo local, en un país pobre como el nuestro, en donde la mayoría de gente a duras penas puede cubrir sus necesidades básicas, crece o decrece, principalmente, por las fluctuaciones económicas nacionales a lo largo del tiempo. Creo que el incremento en el flujo turístico interno es consecuencia de un mayor ingreso disponible para actividades de ocio. Nada más. Y esa disponibilidad de dinero se da cuando el PBI per cápita aumenta.
La prueba de lo que digo la tenemos a la mano gracias al elocuente trabajo que el MINCETUR realiza en materia estadística. Para muestra un botón. ¿Saben cuánto ha crecido la economía peruana entre los años 2002 y 2019? Su PBI nominal en dólares creció 4.2 veces. Adivinen qué. ¿Saben cuántos peruanos visitaron Machu Picchu el 2019? Exacto, lo visitaron 4.2 veces más peruanos que en el 2002. Creo que basta con esa cifra para darse cuenta de que la lógica funciona.
Lo que puede hacer una campaña es dirigir hacia un destino específico a los potenciales turistas, pero no puede hacer que la gente viaje si no tiene recursos para viajar o si tiene miedo fundamentado de salir de sus casas.
Los párrafos precedentes tratan de desmitificar la idea de que se puede incrementar el turismo interno apretando el botón de la promoción, cuando eso, en mi opinión, no es posible en el Perú. Sin embargo, en el primer párrafo también dije que apretar ese botón es un error. Y ahora diré por qué.
Porque en la coyuntura actual, una coyuntura de pandemia, con un sistema de salud casi colapsado, no se deberían incentivar los viajes internos. Si realmente la promoción del turismo interno surtiera algún efecto, cosa que planteo no tiene, estaríamos mandando a las personas a propagar el virus. Y la data lo demuestra otra vez. Según un reciente estudio realizado por el MINCETUR, en el 2017-2018, los turistas nacionales que viajan dentro del Perú se hospedaron principalmente en vivienda de familiares y/o amigos en un 65.6% y el 76.5% utilizó como medio para desplazarse el transporte interprovincial terrestre. Como sabemos, ambas características son letales dadas las particularidades de esta pandemia. Sobre todo, si entendemos que en el Perú las casas tienen muchas personas de todas las edades y los buses viajan repletos.
En conclusión, me parece que la promoción del turismo interno, en caso se quiera hacer por alguna razón que no entiendo, puede esperar pues el turismo local se reactivará naturalmente al mismo ritmo que la economía y cuando el problema sanitario pase. En caso se insista con esta política, ojalá el análisis que hago esté equivocado y la gente salga a conocer el Perú espontáneamente, a pesar de no tener dinero, pero eso sí, con precaución y guardando distancia.
¡Hay que maximizar el retorno sobre la inversión!
En vez de tratar de promover el turismo interno deberíamos empezar a mover el turismo receptivo. Los turistas extranjeros sí que pueden ser atraídos con promoción, pues de todos modos van a viajar. No es que los vamos a convencer de que viajen internacionalmente. Ellos ya decidieron que lo harán, sólo que están evaluando diferentes destinos de acuerdo a sus preferencias. Sólo hay que dirigirlos hacia el Perú, y, al estar vacunados, no representarán ninguna clase de problema de salud.
Digo que van a estar vacunados pues basta leer los medios de los países desarrollados y verificar que ya comenzaron sus campañas de vacunación masiva. Y eso representa una oportunidad. Son justamente esos países los que emiten turistas hacia el Perú y no podemos dejar que se vayan a otros destinos. El tiempo urge.
Urgencia que debería ser atendida con decisión y rapidez. De hecho, ya las encuestas hablan de que cerca del 50% de los viajeros usuales de estos países viajará a un destino internacional este año. Por ejemplo, según un reciente estudio del Generali Global Assistance, 54% de los entrevistados ya están preparando sus maletas.
Por lo tanto, no podemos esperar más. Tenemos que promover la visita de estos turistas y maximizar nuestro retorno sobre la inversión. Se tiene que hacer una campaña masiva para atraerlos. Son ellos los que podrán de alguna manera reactivar el sector que emplea cerca de 1.5 millones de personas y que ahora ruega para no terminar de hundirse. Ojalá esta propuesta tenga eco, ojalá que el Perú se posicione algún día como el principal destino turístico de América del Sur. Tenemos las ventajas comparativas, ya dependerá de lo que se haga.
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