Marcial Ortiz de Zevallos hace un análisis del Decreto Supremo que obliga a las personas que llegan del extranjero a suelo peruano a guardar cuarentena por 14 días.
En el Perú no basta con la inoperancia de las autoridades para destruir un sector económico, un negocio o un sueño colectivo. Los peruanos somos resilientes, ingeniosos, luchadores. En el Perú muchas veces lo que realmente se necesita para aniquilar cualquier intento de empresa, es que justamente esas autoridades, desconectadas con la realidad, con el mundo que los rodea, actúen de manera proactiva.
Y vaya proactividad más absurda la que se le ha ocurrido al Ejecutivo. Hace unos días atrás, bajo el slogan de “precaución”, a nuestros burócratas de turno se les iluminó el cerebro y redactaron un Decreto Supremo para exigir a las personas que vienen del extranjero el cumplimiento de una cuarentena obligatoria por 14 días a fin de prevenir la propagación del coronavirus. Exigencia, vale resaltar, que cada individuo deberá costear y llevar a cabo bajo su propia responsabilidad.
Esta medida no tiene ningún sentido si lo que se quiere es frenar la entrada de coronavirus de otras latitudes. Más bien pinta de cuerpo entero el poco entendimiento de cómo funcionan las cosas en nuestro querido Perú. Pero, ¿quién soy yo para determinar esto? Mejor que hablen los hechos. Pasaré a explicar por qué a mi juicio esta orden ejecutiva no tiene ni pies ni cabeza.
1. Inexistente capacidad fiscalizadora por parte del gobierno. El gobierno no tiene la capacidad ni para fiscalizar a los choferes de combis en la Avenida Arequipa y ¿pretende fiscalizar que las personas no salgan de sus lugares de aislamiento una vez que llegan al Perú? ¿Cómo lo harán? ¿Van a ponerle un grillete electrónico a todos los que llegan para que no salgan de sus habitaciones? ¿Van a construir un centro de monitoreo y rastreo? ¿El Ministerio de Salud, con su Ministra Pilar Mazzetti, quien firma el decreto en discusión, va a organizar escuadrones para verificar que las personas no salgan a comprar a las bodegas? ¿Qué van a hacerle a los que incumplan las medidas? ¿Los van a meter a las tugurizadas cárceles para que contagien a todos los reclusos? O ¿van a construir centros de reclusión de máxima seguridad para los que infrinjan esta norma? No pueden ni bloquear los celulares en los penales y ¿van a saber si los civiles respetan su confinamiento? Este decreto es un insulto a la inteligencia. No hay peor medida que la que no puedes hacer cumplir. Punto. ¿Es tan difícil entenderlo? Sólo con esto, ya todo debería ser desestimado. Pero la irracionalidad no para ahí.
2. Régimen de confinamiento deficiente. La norma dice que los que llegan del extranjero pueden hacer cuarentena en sus casas. ¿Alguien me puede explicar esto? ¿No se dan cuenta que la mayoría de las personas en el Perú vive en casas con muchas personas? ¿O esta medida está sólo hecha para las personas que viven solitariamente en un Loft en San Isidro? Evidentemente lo que sucederá es que si hay alguien infectado va a contagiar a toda su familia y esta, cuando salga a sus centros de trabajo hará lo propio con la gente con que se cruza. Entonces, ¿qué se ganó con la cuarentena? Obviamente nada. Además, ¿cómo van hacer para que la cuarentena en los domicilios cumpla con los estándares y protocolos necesarios para no diseminar virus? Esto es una locura. Cerca del 50% de las casas no tiene ni agua 24 horas al día. Evidentemente los protocolos se romperán en un gigantesco porcentaje y lo que se pretende lograr jamás se alcanzará.
3. Percepción de la realidad distorsionada. ¿Acaso el Ejecutivo no se da cuenta que ya hay muchas personas que están siendo vacunadas a nivel mundial? ¿Cuál es el objetivo de encerrar a todos a rajatabla? ¿No se da cuenta que en breve los países desarrollados, justamente aquellos que emiten turistas hacia el Perú, tendrán a su población vacunada? ¿Las personas que actualmente están vacunadas también van a guardar cuarentena? Por ejemplo, Israel, país que emitió cerca de 17,000 turistas hacia el Perú en el 2019, ya tiene cerca de 15% de su población vacunada. ¿Si viene un ciudadano de ese país con la prueba de que ha sido vacunado lo harán guardar cuarentena también? Por su parte, según el New York Times, en Estados Unidos, mientras escribo ya hay 4.6 millones de personas vacunadas. ¿Por qué habrían de confinarlos si quieren ir a conocer Machu Picchu en un viaje de 5 días? Esto es inaudito.
En resumen, este Decreto Supremo no sólo es un mamarracho que no resiste ningún análisis serio, sino lo que es peor, no va a lograr lo que supuestamente pretende. Razón suficiente para romperlo en pedazos. De ninguna manera va a evitar que entre el virus, ni ninguna cepa. Ni la británica, ni la chilena, ni la boliviana. Lo único que va a conseguir es terminar de matar al poco turismo que ya se animaba a visitarnos. Ningún turista pisará el Perú hasta que esta poco pensada medida se anule.
Lo que tiene que exigir el gobierno, como venía haciendo, es que los que vienen del extranjero presenten documentación que demuestre una prueba molecular negativa. Es decir, que demuestre que no tiene el virus. En tal sentido, si se quiere minimizar el riesgo aún más, podrían tomarle una prueba molecular a la llegada también, para que de esa forma se tengan dos pruebas por persona. Una costeada por ellos mismos en su país de origen y una pagada por el gobierno peruano en el aeropuerto.
Acá algunos pensarán que es muy caro, pero, ¿saben cuánto gasta un turista en nuestra economía tan golpeada? Gasta en promedio cerca de 1,500 dólares durante su estadía. ¿Con los impuestos que genera no pueden comprarle una prueba molecular para hacer un doble chequeo? Creo que esta medida sería más efectiva para lograr lo que se pretende (frenar el ingreso de virus foráneo) y evitar el colapso de una parte de la economía que justamente es intensiva en mano de obra y descentralizada. Ambas características son sinónimo de desarrollo y eliminación de pobreza, baluartes de cualquier nación en búsqueda de justicia social y desarrollo económico. Esperemos que este error sea corregido ante las evidencias, esperemos que el gobierno tenga la humildad para aceptar sus errores, esperemos también que la razón prime sobre el disparate. El turismo está en una Unidad de Cuidados Intensivos, no es hora de desconectar las máquinas, ya hay una luz al final de túnel.